Siempre es buen momento para hablaros del restaurante de Jose Carlos García. Hay muchos restaurantes que se mantienen en tu memoria para siempre, pero pocos lo hacen por ser perfectos en todas sus facetas. Hoy os voy a contar de uno que es así, perfecto, al menos para mi.
Enclavado en el Muelle Uno del puerto de Málaga, ocupa toda una esquina privilegiada situada junto a la antigua capilla del puerto (del S. XVIII y de estilo barroco, era la capilla que los marineros usaban al llegar y salir de puerto).
Su fachada principal se orienta hacia el nuevo muelle con unas vistas privilegiadas sobre la catedral, la Alcazaba y el Castillo de Gibralfaro. Su arquitectura de líneas limpias y su cuidada decoración dan al local un aspecto precioso, moderno y cálido a la vez que hacen que apetezca sentarse a dejar que las horas pasen sin más.
El salón principal consigue su intimidad a través de paneles móviles de cañizo que modulan la luz que entra, permitiendo degustar el menú muy cerquita de los barcos y yates atracados en el muelle
En la parte del fondo del restaurante hay un gran salón dedicado a ocasiones especiales y que tiene un carácter polivalente ya que en él se celebran conferencias, conciertos, fiestas, proyección de películas… Toda la pared lateral de este gran salón la ocupa un enorme jardín vertical que es una auténtica maravilla. La Revista ABC Viajar, lo considera el cuarto mejor jardín vertical del mundo por delante de el que tiene el aeropuerto de Alberta en Canadá o el de la Ciudad del Espacio en Francia. Este hermoso jardín es además un huerto ecológico, donde Jose Carlos cultiva las hierbas aromáticas y plantas comestibles con los que luego adereza sus creaciones.
Mi zona favorita es la cocina: una gran cocina abierta perfectamente equipada donde uno puede ver el discurrir del servicio con las distintas zonas de placas, gas, frío, pescados y donde todas las cacerolas Mauviel (mi perdición…snif, snif… ¡yo quiero una!) lucen en su mejor entorno.
La mejor época para disfrutar de la terraza es en verano. En esos meses, el chef cambia su salón de cañizo por la terraza. Sus mesas y mobiliario se trasladan a una atmósfera totalmente aislada del tránsito de viandantes de modo que se consigue una intimidad que a priori quizás uno no crea que se pueda conseguir en medio del bullicio del muelle.
Sin embargo, lo mejor de esta casa no es su decoración, si no la experiencia que uno se lleva después de cenar en el restaurante. Jose Carlos García es un chef malagueño que cuenta con una estrella Michelín y dos soles Repsol. Que es un gran cocinero ya lo sabéis, pero lo que quizás no conozcáis es que es una persona muy tímida, muy humilde y extremadamente generosa. Mucho talento y mucho corazón, y sobre todo un gran amor por su tierra, lo que se refleja en todos los platos de su cocina.
La experiencia del menú comienza con unos aperitivos que emulan la tradición local con la perspectiva de la cocina moderna: una sobrasada mallorquina servida con pan de centeno, polvorones de pipas, una versión moderna de los cartuchos de almendras fritas y galletas de algas, son algunas de las creaciones con las que nos recibe en la mesa. Luego uno de mis favoritos de la noche: un tartar de ternera que estaba de muerte.
Tras este, un sin fin de platos: concha fina malagueña con gelatina de margarita, un ajoblanco de almendras con manzana y ciruelas asadas.
La mojama de salmonete fue uno de los que más me sorprendió, probablemente porque no lo había tomado nunca; caballa en dos texturas, gamba roja de garrucha con nori, kimchi y ponzu, una merluza con caldo de ave dorado, que no me cansaría de tomar nunca y un pichón con pasta en su jugo que fue mi favorito. Para terminar lo salado un lechón en su jugo con piña que se derretía en la boca.
De postre un sorbete de piel de limón sobre nido crujiente y caramelo y un helado de chocolate con crema de cítricos. Con el café, macarons, chocolates y nubes marshmallows de maracuyá y fresa. Una pasada de verdad y una experiencia inolvidable que estoy loca por repetir.
Si no lo has visitado aún, ponlo en tu lista de deseos… ¡no lo dudes!
Ohhh ya sé a qué restaurante tengo que ir cuando visite Málaga!! Muy buena crónica. Un beso, MJ
Heyyyy claro que sí. Yo te llevo y ya verás lo bien que te trata Jose Carlos. Es un crack en la cocina. Pero ¡tienes que venir! Nos vemos prontito que ya no queda nada guapetona, y gracias por el comentario. Beso grande
Qué lujazo!! Está precioso.
Esto si que es para disfrutar y no olviadar nunca.
Besos
Pues sí que sí Pepi. Un lujazo que he tenido la suerte de disfrutar y que se quedará conmigo. Muchas gracias por estar por estar aquí conmigo y espero que sigas disfrutando del blog. Un beso grande y gracias de nuevo.