Estos huevos benedictine vienen directamente de Nueva York para vosotros.

Los tomamos en n Balthazar, mi sitio favorito para tomar el brunch ahora que el Hotel Nomad ha cerrado definitivamente perdiéndose uno de esos sitios que no olvidaremos nunca y en el que los huevos benedictine de cangrejo y el pollo de corral tomaban una dimensión única. 

 Pero los huevos benedictine de Balthazar sin probablemente los más famosos de todo Manhattan. El local está siempre lleno sea la hora que sea y por supuesto necesitas reserva. 

Puedes ir y pedirlos allí o puedes preparártelos en casa para que te queden así de ricos.

La receta es muy fácil y solo hay que tener paciencia así que vamos a empezar ya para triunfar. Solo necesitas 10 minutos para triunfar en la mesa. 

Para la salsa holandesa

  • 5 yemas de huevo
  • un pellizco de sal
  • 1 cucharada de zumo de limón
  • un poco de pimienta negra recién molida
  • 1 cucharadita de cayena molida o pimentón picante molido
  • 45 ml de vino blanco
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  • 125 g de mantequilla /que tenemos que clarificar antes)
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Para el montaje

  • 3 huevos
  • 3 lonchas de salmón ahumado 
  • 3 lonchas de aguacate
  • 3 ruedas finas de cebolla roja 
  • 3 rebanadas de pan brioche 
  • muna cucharada de mantequilla 

Preparación

En un cazo ponemos la mantequilla a calentar hasta que a a parte de arriba suba toda la espuma. En ese momento tendremos que quitarla para dejar solo la grasa sin los lácteos. Reservar aparte.

Ponemos un cazo con agua a hervir

En un bol (de tamaño mayor al cazo que hemos puesto con agua a hervir), ponemos las yemas. el zumo de limón, las especias y la sal. Mezclamos con varillas hasta obtener una mezcla muy cremosa y más densa que al principio.

En ese momento, ponemos el bol sobre el cazo con agua hirviendo. Es importante que el agua no toque el bol ya que de otra manera las yemas cuajarían y tendríamos que comenzar de cero.

Sin parar de mover con las varillas, dejamos que la mezcla se cocine poco a poco. Añadimos la mantequilla clarificada poco a poco a la mezcla y siempre sin parar de batir con las varillas. Notaremos que está cuando haya espesado y alcanzado una textura parecida a una mahonesa ligera.

Cuando la tengamos lista, la apartamos del fuego, pero dejamos el bol sobre el cazo tapándola para que mantenga el calor.

Ahora cocemos los huevos. Para ellos, ponemos a hervir un cazo grande con agua. Mientras hierve, cascamos un huevo sobre un pequeño tazón. Cuando rompa a hervir, añadimos una cucharada de vinagre de vino blanco y movemos con una cuchara alrededor. Queremos formar un remolino de agua en el centro del cazo. Cuando lo tengamos,. añadimos en el centro el huevo y sin volver a tocarlo, lo dejamos cocer durante 3 minutos. Es importante no dejarlo más tiempo para que la yema se mantenga sin cuajar.

Cuando estén listos los pasamos a un plato con papel de cocina. De este modo se absorberá el agua que haya quedado en los huevos.

Tostamos una rebanada de pan en una sartén con un poco de mantequilla. Colocamos encima unas hojas de brotes verdes, sobre ellos ponemos el salmón ahumado y terminamos con la salsa holandesa. 

¡A disfrutar!

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