Estas judías con pollo y tomate es una de esas recetas como tantas otras que surgen de lo que hay en la nevera y que luego se quedan para siempre en mi cocina.
Me encantan las legumbres tradicionales, esas que se toman con cuchara de manera tradicional, pero reconozco que me gustan demasiado para limitarlas a eso. Así que recurro a las legumbres cocidas muchísimas veces para usarlas en combinación con lo que quede en la nevera, ya sea algo de pescado (con bacalao están brutales) o algo de carne o pollo como hoy.
Hoy además aprovechamos esa salsa de tomate casera que siempre tengo en la nevera y que tantas alegrías nos da siempre en el plato. Lo mejor es que puedes usar esta receta a tu antojo y sustituir las judías po garbanzops o lentejas y el pollo por aquello que te quede en la nevera. Lo dicho, han venido para quedarse en casa y espero que en tu cocina también
Ingredientes
- 1 cebolla roja
- 2 cebolletas
- 2 dientes de ajo picados
- 1 bote de judías blancas cocidas
- 2 pechugas de pollo (o de vuestra parte favorita del pollo deshuesado)
- 1/2 vaso de vino blanco
- 300 g de salsa de tomate casera
Preparación
Picamos finamente las verduras. En una cacerola las salteamos hasta que la cebolla esté bien tierna.
Mientras tanto cortamos las pechugas de pollo en cuadraditos. Salpimentamos y ponemos a calentar dos cucharadas de aceite de oliva virgen extra en una cacerola.
Doramos a fuego alto. No queremos que se haga del todo pero si que selle bien la carne para que luego quede jugosa.
Cuando tengamos el pollo dorado, añadimos las judías salteadas a la cacerola, añadimos el vino y dejamos cocer a fuego medio hasta que el vino se haya evaporado.
Añadimos entonces la salsa de tomate casera y movemos cuidando que todo quede bien integrado
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