El futuro tiene muchos nombres. Para los débiles es lo inalcanzable. Para los temerosos, lo desconocido. Para los valientes es la oportunidad
Cambridge, por muchas razones, es una ciudad que me fascina. La conozco bien y lo siempre me impresionan sus antiguos Colegios (Colleges), instituciones mucho más allá de las residencias y colegios mayores, que forman el santo y seña de su famosa Universidad, y por tanto, de todo Cambridge (que significa Puente sobre el río Cam). Desde que fue fundada allá por el siglo XIII, no ha cesado de ser un referente para la propia ciudad y el resto del mundo. Las tradicionales ceremonias están llenas de color por los distintivos de cada uno de los colegios en forma de colores, bandas y escudos.
De los 31 Colleges que conforman la vida universitaria de esta pequeña cuidad comparadas con otras (poco más de cien mil habitantes), casi todos pueden visitarse (si te lo permiten). Hay uno, el St. John´s, que por antigüedad, ubicación y esplendor merece la pena verlo ¿Te vienes conmigo a la época de Harry Potter? Vamos.
St. John´s College fue fundado en 1.511 por la madre del Rey, Martarita Beaufort, pasando rápidamente a destacar en la Universidad hasta convertirse hoy en día, con más quinientos años de historia, en el tercero más numeroso de la Universidad con 534 estudiantes de carrera más 340 de postgrado. Todos ellos tutelados por profesores denominados «fellows» con los que siguen el año de carrera en cada una de sus facultades.
De arquitectura clásica, desde el rico pórtico de entrada con los símbolos de la madre del rey, hasta el cuarto edificio situado en «The backs» (la parte trasera que da al río Cam) es una gozada su visita. Compuesto por distintos patios ajardinados de un verde inmaculado donde se agrupan las edificaciones (llamados «courts»), con su vetusta librería, ricos puentes, sus famosos e impresionantes comedores, la iluminadas capillas por sus ventanales y los nuevos edificios complementarios, conforman el recorrido por el interior de sus paredes rezuma historia, elegancia y distinción por los cuatro costados.
Entre los elementos constructivos que más llama la atención, se encuentra el llamado Puente de los suspiros, sobre el río Cam, que destaca en las instantáneas más fotografiadas de los turistas al hacer punting (el delicioso paseo en barca a través del río impulsándose con el palo). Sirve para unir el tercer con el cuarto «court», pero toma el nombre del situado en Venecia.
De entre sus habitaciones han salido nueve premios nobel y seis primeros ministros de varios países, pero sin duda me quedo con la magia de sus inmensas extensiones de césped impecable y ladrillo rojo para conformar la robustez de las decorosas fachadas de todos los edificios. Sin duda es la visión clásica y bucólica del espíritu universitario, pero más en forma que nunca al continuar situado a la cabeza de la élite del conocimiento.
Tras la visita, un receso, y ¿cómo no? con aires bucólicos… Lasaña napolitana, con el toque del sur que sustituye, entre otros, la carne picada por deliciosas albondiguillas. Se acabó el paseo, si ya has tenido la oportunidad de hacer este ragú napoletano, nos vamos a la cocina a completar una lasaña que te dejará entusiasmado. ¡Manos a la obra!
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