Viajar a Nueva York, la ciudad de los rascacielos es el sueño de muchos mortales. Siempre que a alguien le preguntan por la capital del mundo hay una respuesta común: Nueva York. Y es que esta ciudad de fotografías infinitas la conocemos todos, hayamos estado allí físicamente o no. Ha aparecido en tantos libros, tantas fotografías y tantas películas, que es una ciudad familiar para todos. Quizás por eso cuando la visitamos por primera vez tenemos la sensación de habernos metido en una película de lleno

Desde la primera vez que visité Estados Unidos con solo 15 años, siempre he tenido la misma sensación: es el país más acogedor que conozco, y ya conozco unos cuantos. Y esto se refleja especialmente en Nueva York donde todas las culturas y todos los inmigrantes que forman esta apasionante ciudad tienen su hueco. El día de San Patricio los irlandeses celebran su día, así como los chinos el Año Nuevo Chino. Hay rincones de la ciudad que son mini países como Chinatown o Little Italy. Encontrarás a mucha más gente hablando español de lo que imaginas y hay barrios donde podrás disfrutar de misas de gospel (Harlem) o del ambiente hipster más cool (Brooklyn por ejemplo).

Nueva York I. Viajar a la ciudad de los rascacielos

Nueva York cuenta con varios aeropuertos, aunque los internacionales más comunes desde España son La Guardia, JFK y Newark (Nueva Jersey). El más común y al que vuelan más compañías desde España es el JFK (John Fitzgerald Kennedy), a 20 km de Manhattan y que es el aeropuerto con más tráfico de los Estados Unidos.

Para viajar a Estados Unidos debemos contar con pasaporte digital con validez de al menos 6 meses, y haber solicitado además a la ESTA, la autorización para poder viajar a Estados Unidos (los ciudadanos españoles no necesitan visado si la visita es de un máximo de 3 meses). Se solicita por internet y el pago se realiza también por internet (unos $15). S9in este trámite no podremos entrar en el país.

Ya en el vuelo nos darán dos documentos que debemos rellenar: la Declaración de Aduanas y el documento de Inmigración. Cualquier duda que tengamos nos ayudará la tripulación (siempre alguno habla español) para que todo esté completo antes de aterrizar.

Uno llega al aeropuerto JFK, que fue también el primero que pisé en mi primer viaje, por un lado feliz de haber llegado a la capital del mundo, y por otro, un poco asustado por las historias que se oyen de inmigración. La verdad es que todo es más fácil de lo que parece y aunque tan solo por llevar el nombre de María en mi pasaporte, casi siempre he de pasar por inmigración (tengo la mala suerte de tener en mi nombre el binomio María y López, nombre que deben tener un montón de delincuentes fichadas porque siempre tengo que pasar a inmigración para que verifiquen mi identidad), la verdad es que lo único a tener en cuenta es que caso de pararnos, causará un retraso en la salida del aeropuerto.

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La primera parada es en control de pasaportes, donde escanearán nuestro pasaporte, nos harán una foto y comprobarán que no estemos fichados. Os preguntarán además por el motivo del viaje y por la dirección donde os hospedaréis durante la estancia. Es importante que la tengáis a mano, y si no la tenéis, que al menos pongáis el nombre del hotel donde os alojaréis y la ciudad. Aquí es donde si nuestro nombre se parece o asemeja al de algún delincuente fichado, podemos pasar a inmigración (además de si lo somos, claro). Pero no os asustéis. La mayoría de las veces una vez comprobados los datos saldréis sin problema.

De aquí recogemos nuestro equipaje y pasamos por el control de aduanas. Hay que tener en cuenta que no pueden introducirse en el país alimentos frescos y que los alimentos envasados deben ser identificados en la Declaración de Aduanas que hay que completar en el avión antes de tomar tierra. En cualquier caso, si no son cosas de mucho valor, pasaremos por la cola verde, el lado de nada que declarar, entregas el formulario y ¡ya estás en los Estados Unidos!

Ahora llega la hora de trasladarse a la ciudad. Si uno va a Nueva York, hay varias opciones. Em metro podremos ir a Manhattan por unos $9, pero hay que hacer transbordo, así que si llevamos equipaje puede resultar engorroso.

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Hay autobús (unos $13 trayecto y persona), que es la opción más barata si uno viaja solo o en pareja. pero si viajamos en grupo, lo mejor será el taxi. El trayecto cuesta unos 60$ para 4 viajeros. Y si queremos saber de antemano cuánto nos costará, entonces lo mejor será reservar un taxi a través de alguna de las webs. No pagaremos más de $20 por persona y nos llevaran hasta la puerta del hotel.

Para moverte por la ciudad la mejor opción es pasear y el metro. Si estás seguro de que lo vas a coger más de 4 veces al día y vas a estar al menos 4 días en la ciudad, entonces compensa la metrocard, de 7 días ($31), con viajes ilimitados. Pero si solo vais a cogerlo una o dos veces al día, entonces lo mejor es comprar la metrocard y cargarla con crédito. Cada viaje cuesta $2,5 y te permite usarla cuando quieras. La recarga puedes hacerla en los cajeros de las estaciones, pero ojo porque no en todas las estaciones puede hacerse la recarga así que lo más fácil si vamos a estar unos días, es cargarla con $20 y a partir de ahí recargarla antes de haber consumido todo el crédito.

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A la hora de dormir hay un montón de opciones. Como siempre podemos alquilar un apartamento a través e cualquiera de las webs (mi preferida airbnb), o podemos reservar un hotel. Hay que tener en cuenta que las categorías americanas no se corresponden al 100% con las nuestras. es decir, si bien un hotel de 3 estrellas en España tiene un nivel aceptable de calidad y cuenta con buenos servicios, en Estados Unidos, tendremos que ir a un 4 estrellas para tener los mismos servicios, y en muchos casos ni siquiera uno de 4 estrellas será comparable a los servicios de un 3 estrellas aquí en España. El precio dependerá de la zona que prefiramos para pernoctar.

Nueva York es la ciudad que nunca duerme y donde siempre hay muchas cosas que hacer. Prepárate para disfrutar de una de las ciudades más dinámicas del mundo y que gana mucho en las distancias cortas. Tendrás la mejor gastronomía del mundo a tu alcance, museos para pasar todas las horas del día, mercados para todos los gustos, pasearás por el parque urbano más alucinante que hayas visto nunca, tendrás la oportunidad de disfrutar de la música y verás el sky-line más famoso del planeta con algunos de los monumentos más soñados. La guinda, las compras que son para volverse loco y en la que hay de todo para todos. Para volver y volver como dice la canción.

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