Maastricht, una ciudad universitaria al sur de los Países Bajos, con una arquitectura medieval y un ambiente cultural muy divertido donde hay un montón de tiendecitas y bares deliciosos, plazas para soñar y además donde se come muy. muy bien.

Llegamos en coche desde del aeropuerto de Düsseldorf. Los Reyes Magos me habían regalado las entradas para el concierto de Maroon 5 y decidimos aprovechar para visitar Maasstricht. Una de las pocas ciudades que aún no conocíamos de Holanda y a la que teníamos mucha ganas de ir.

Nos alojamos en el hotel Derlom, en pleno centro, en Onze Lieve Vrouweplein, una de las plazas más bonitas de Masstricht y más animadas.

Maastricht es una de las ciudades más antiguas de Holanda, y eso se ve nada más llegar paseando por su centro histórico. Iglesias, murallas, unas casas y plazas increíbles y muchas terrazas siempre llenas de gente disfrutando de un café o una cerveza. las calles está adoquinadas y tienen además muchas tiendas todas preciosas y con ese gusto entre holandés, belga y francés que define esta parte de los Paises Bajos que tanto me gusta a mi.

Pero como aquí el rey del mambo es el pan, nos dedicamos a visitar algunas de las panaderías y pastelerías con más nombre de la ciudad. Una de las pastelerías que más me gustó es Bisschopsmolen donde todo lo que hornean es con harina de espelta: crackers de espelta. Tomamos unas galletas deliciosas y también tomamos un desayuno con huevos y panecillos muy rico. El único problema es que el menú está solo en holandés, pero son muy amables y si habláis inglés no tendréis problema. Para merendar tarta de fresas y ruibarbo cuya receta decidí hacer para mi libro Loleta by Loleta.

Otra que nos encantó fue Bakkerij Hermans que s además una de las más conocidas de la ciudad por sus tartas de fruta: la de melocotón con manzana no te la puedes perder. El olor a pan y bollos recién horneados hacen que no puedas resistirte a entrar. Tiene un par de mesitas pequeñas en la entrada en una placita bajo unos árboles perfecta para poder sentarte a degustar alguna de sus tartas. La panadería existe desde 1936 y todo está recién horneado todos los días según una antigua receta familiar.

Para cenar, un lugar increíblemente bonito y con una comida deliciosa en Petit Bonheur. Pero atentos, porque los horarios de cena y comida son mucho más temprano que los nuestros y cierra a las 21:30, así que hay que cenar sobre las 20:00 y no más tarde, o no podréis probarlo

El paseo por la ciudad es simplemente delicioso. Dejarse llevar por la brisa que corre gracias al río Mosa que atraviesa la ciudad y descubrir esquinitas preciosas. No puedes perderte la Boekhandel Selexyz Dominicanen, una iglesia reconvertida en una libreria preciosa de las más bonitas que hemos visitado.

Una de las imágenes más conocidas de la ciudad es la vista con el puente romano de fondo que lleva a la zona más antigua de Maastricht y en la que puede verse el Ayuntamiento.

La plaza Vrijthof es una plaza preciosa en el centro de Maastricht, adoquinada y rodeada de árboles por la que da gusto pasear y desde la que se puede oír el reloj de las torres de la basílica de de Saint Servatius. Una plaza llena de cafeterías al aire libre en la que la gente disfruta de la tranquilidad de esta ciudad.

Cerca de la universidad podréis ver la estatua del mosquetero más famoso, D’Artacán, que murió durante el asedio a la ciudad. PAra los holandeses las flores son muy importantes, y aquí podréis verlas en todo su esplendor en la Plaza del Mercado.

En fin, una delicia de ciudad para volver y volver.

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