Si quieres saber dónde comer en Roma, estás en el sitio perfecto. Uno de los atractivos de la capital italiana es el placer de comer a todas horas, así que os voy a dejar mis sitios favoritos. esos a los que volvería ahora mismo con los ojos cerrados.

Para empezar el día los italianos no se complican la vida: un café y un cornetto (cruasan) que puedes encontrar relleno de crema, mermelada o chocolate aunque el más popular es el que no está relleno.

Un buen lugar para desayunar es el horno Monteforte Pane e Vino en Via del Pellegrino 129. En este antiguo horno, podrás encontrar además de toda la bollería que puedas imaginar con crema y mermelada, pequeños bocadillos salados con bresaola, jamón o queso y ¡pan de masa madre con mantequilla! por si echas de menos un desayuno más contundente.

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Tomar el aperitivo en Roma es casi una obligación. Los italianos adoran esta hora del día en la que toman un aperol, martini, campari o spriz. Distintas formas de tomar lo que equivale a nuestro vermut. Puedes tomarlo en cualquiera de las terrazas o bares de la ciudad. Suelen acompañarlo de encurtidos pero si quieres algo más puedes tomarte un suppli, una especie de croqueta hecha con risotto que tienes que probar antes de dejar la ciudad. Mi sitio favorito Supplizio, en Via dei Banchi Vecchi, 143, y el que más me gustó el de Carbonara.


Si te pilla la hora de comer cerca de la Piazza de Spagna, puedes acercarte a la Fiaschetteria Beltramme en Via della Croce 39, una osteria donde comer sin reserva a medio dia a un precio asequible una pasta decente.

Comer en Roma es una aventura. hay muchos sitios con menú pero tendrás que alejarte un poco de la zona más turística. Si te pilla la hora de comer en las zonas con más gente, no comerás mal, pero lo harás mejor si te alejas un poco. Uno de mis favoritos es Normale, en Via di S. Giovanni Decollato, 6. No se puede pagar con tarjeta pero solo encontrarás romanos sentados disfrutando de la comida. Buena pasta y buenas ensaladas.

Más allá de eso encontrarás un sin fin de sitios donde picar algo de queso y embutidos. Uno de los más auténticos es Roscioli Salumeria. Una especie de tienda-bar-restaurante en el que serás feliz a cualquier hora del día. El servicio es muy amable y la comida riquísima. Para cenar hay que reservar pero puedes hacerlo por su página web. No te pierdas la mortadella fatta a mano con pistachos, las flores de calabacín rellenas de rabo de toro, los gnocci cacio e pepe, los raviolis rellenos y su carbonara.

Otra opción para tomar algo rápido es un bocadillo de albóndigas en el Mercado Testaccio. se llama Mordi e Vai y en este local podrás probar una de las mejores street food, o comida callejera de toda Roma. No puedes perderte el Allesso di scottona e cicorietta y el Polpette della nonna al succo, un bocadillo de albóndigas para morir.

Por último como opción de comida rápida, si prefieres comprar unos embutidos y el mejor queso pecorino para hacer un picnic, te recomiendo ir a la Antica Caciara Trasteverina donde además te envasarán al vacío lo que quieras traerte de souvenir.

Para tomar una tarta como no has probado nunca, deberás pasar por Il Boscaiolo donde hacen la mejor tarta de ricotta con chocolate de toda la ciudad.

Si no te ha dado tiempo a reservar para cenar, una opción genial para tomar una pizza en el Trastevere que me encanta es Ai Marmi. Un antiguo horno de leña de 1931 donde no se puede reservar y que tiene aspecto de bar de carretera, pero donde siempre hay cola porque tienen unas pizzas riquísimas: mi favorita con gorgonzola.

Da Remo en la zona de Testaccio es otra de mis pizzerias favoritas. No dejes de pedir la pizza finisima de flores de calabacín y el calzone que también es sublime.

Uno de los restaurantes a los que volvería cada día es la trattoria Da Francesco. Hay que reservar o guardar la cola (que es rápida pero interminable) pero merece la pena todo: mozzarella di buffala, carbonara, fetuccini alla gricia (con salsa de anchoas), y sus pizzas de masa finas para tomar dos, o tres, o cuatro…

Y si quieres tomar unas buenas alcachofas, puedes ir a Cantina e Cucina, una trattoria de tres amigos muy concurrida y muy apetecible, ruidosa y con mucho ambiente donde las alcachofas fritas las recordarás siempre: carbonara con Alcachofas, amatriciana crujiente, pizza con levado lento y un buen vino.

Y todo esto acompañado de muchos, muchos helados. Sin dude algo que no puedes perderte en toda Italia pero especialmente en Roma. Te dejo mi lista de heladerías favoritas a las que volvería cada día de mi vida:

Tre Scalini – Siempre me pido el «Tartufo». Un helado de chocolate inventado por los Tre Scalini y que lleva 13 clases diferentes de cacao de Austria y una crema suave con una oblea crujiente

Gelateria del teatro – mi favorito: helado de salvia y fresas con la escalera más bonita de todo Roma

Grom – No te pierdas el de pistacho

Il Gelato de San Crispín – chocolate y ron super conseguidos

Venchi – el que más me gusta el cremino de crema de mascarpone con chocolate y el de pistacho

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