La Toscana es uno de esos sitios que hay que visitar. Nosotros la visitamos saliendo de Florencia. Alquilamos un coche (un conquecento italiano para mimetizarnos más con la situación … jajaja) y salimos camino de uno de los sitios más bonitos de Italia.

Salimos temprano de Florencia camino al Vall d’Orcia, o valle de Orcia. Nuestra primera parada fue Montepulciano, un pueblo pequeñito pero precioso. Sus calles de piedra y sus cuestas hacen que te ganes el desayuno. 

En el pueblo destacan sus calles empedradas, sus tiendecitas de productos locales donde aprovechamos para comprar embutidos, quesos y pan para hacer un picnic.

Y es que un picnic es una de las mejores opciones si queréis aprovechar al máximo el disfrute de los productos locales sin perder demasiado tiempo en comer.

Nosotros compramos diferentes tipos de embutido, Finocchiona, una especie de lomo envuelto en pimienta que nos sorprendió, Salcicce que son como una especie de butifarras curadas (me recordó al fuet nuestro) y que nos encantó. Y por supuesto jamón. En La Toscana se producen diferentes tipos y están entre los mejores de Italia, así que no desaprovechéis la ocasión de probarlos. De queso, el pecorino que tanto nos gusta.

En la Piazza Grande se encuentra el Palazzo Comunale o Ayuntamiento del Siglo XIII (que sale en Crepúsculo), y que me recordó al Palazzo Vecchio de Florencia que habíamos visto también esos días.

La siguiente parada fue San Quirico D’Orcia. Está situado entre Montepulciano y Pienza y es muy pequeñito. Pero sus alrededores son preciosos y su colegiata una maravilla.

En realidad la Toscana tiene su encanto en pueblos muy pequeños y en paisajes de ensueño y eso es lo que encontrarás en San Quirico. La gente es muy amable, como en toda Italia, y el pueblo tiene varias terracitas para poder tomar algo con los lugareños. Los alrededores están lleno de viñas, muy típicas en esta zona de La Toscana

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Pienza fue el siguiente pueblo en el que nos paramos. Su centro histórico fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1996 y es como podéis imaginaros un pueblo ideal.

Aquí tenéis una muy buena opción para comer en Dopolavoro La Foce, un lugar cin pretensiones con buenas piadinas,  un surtido grande de embutidos y varios tipos de pasta por supuesto fresca. 

Y también  en La Porta, una osteria cerquita de Pienza en Monticchielo que no llegamos a probar pero que nos habían recomendado por varios sitios

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Es una ciudad renacentista con arte por todos lados y con una catedral que merece la pena una visita

Sus casas son muy alegres y están adornadas con flores de colores y la plaza es espectucular. En ella se encuentras el Palacio Comunal y el Palacio Borgia y el Palacio Piccolomini. 

Seguimos nuestro camino a Motalcino. Este pequeño pueblo es el centro del Brunello, uno de los vinos que se produce en La Toscana y que aquí podréis probar en cualquier esquina acompañado de los quesos de la zona que también son riquísimos

la última para da fue la Abadía de Sant’Antimo, un monasterio fundado alrededor del año 750 y se encuentra situado en la pequeña localidad de Castelnuovo dell’Abate, muy cerquita de Montalcino,y es uno de los ejemplos más importantes del románico toscano.

En realidad en La Toscana puedes estar tantos días como quieras porque hay mil sitios en los que pasear, mil rincones escondidos para perderse un día detrás de otro

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