«Nunca renuncies a las cosas que realmente te hacen sonreír»
Hay un monumento que he visitado al menos cinco veces y en el que siempre descubro algún rincón misterioso. Se trata de la Torre de Londres, el Castillo el Terror situado en la mismísima City londinense, en la ribera norte del Támesis y que merece la pena pese al precio de la entrada.
Se trata de un conjunto histórico formado por el palacio real y la fortaleza. Sus orígenes datan del siglo XI cuando Guillermo el Conquistador mandó construir la Torre Blanca (White Tower) que sería años más tarde usada como prisión. El monumento está rodeado de muros defensivos y un foso y fué ampliado sobre todo bajo el mandato de Ricardo Corazón de León.
El castillo lo forman tres anillos cada uno de ellos con su patio correspondiente: el interior contiene la Torre Blanca, que formaba el Castillo original, después la estructura más central construida durante el reinado de Ricardo Corazón de León. El recinto exterior está formado por el Castillo construido bajo el mandato de Eduardo I.
La Torre de Londres ha sido vital en la historia de Inglaterra. Sitiada en varias ocasiones, la torre ha servido como armería, tesorería, casa de fieras, Real Casa de la Moneda, registros públicos, y casa de las joyas de la Corona del Reino Unido.
La Torre Blanca es un torreón (también conocida como torre principal), donde residía el monarca. Construida para impartir miedo y castigo sobre los ciudadanos de Londres que ofendían al rey y para detener a los invasores extranjeros, es uno de los castillos iconos del mundo y símbolo de la historia de Gran Bretaña.
Junto con el resto de edificios que componen el conjunto, la Torre Blanca es además uno de los edificios históricos más importantes del mundo. Su buen estado de conservación y su valor como centro de poder durante siglos, hizo que en 1988 fuera declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco como ejemplo de la arquitectura Normanda.
La torre tiene tres alturas y cada planta se dividía en tres cámaras; la más grande en el oeste, una pequeña habitación en el noreste donde murió Ana Bolena, condenada por traición, y la capilla, que ocupaba la entrada y primer piso de la cara sureste.
Dentro posee una Capilla Románica del siglo XII, la Capilla de San Juan Evangelista. Guarda además la Armería Real incluyendo tesoros del ejército con una antigüedad de más de 300 años, incluidas las de Enrique VIII, Carlos I y Jaime II.
El conjunto completo tiene nueve torres, algunas originales y otras reconstruidas entre las que destaca la Torre de Wakefield que contiene el Salón del trono. Construida en el S XIII, su objetivo era albergar a los prisioneros que fueron apresados tras la batalla de Wakefield. Esta torre junto con la de Santo Tomás y la de Lanthorn reciben el nombre de Palacio Medieval.
Pero de todas las torres del conjunto es probablemente la Torre Sangrienta, la que más me impresiona cada vez que visito la London Tower. Llamada en inglés Bloody Tower, la cámara era un apartamento de lujo, que se usaba para retener a presos de alto rango, como los arzobispos y en ella murieron decapitadas las seis esposas de Erique VIII.
Otro elemento característico del conjunto son los cuervos. Fue Carlos II quién insistió en que debíen vivir en el recinto. Cada uno tiene un nombre y dependen del Jefe de Cuervos que es quién se encarga de cuidarlos y el único que puede acercarse a ellos. Cuenta la leyenda que, si los seis cuervos que se mantienen en la Torre desaparecieran algún día, la Torre caería y con ella la monarquía. Quizás por eso hoy viven 7 cuervos en la Fortaleza, uno de ellos de repuesto…
Hoy la Torre de Londres representa una de las mayores atracciones turísticas de la ciudad donde además de los edificios se pueden ver las joyas de la Corona Británica, una colección de armaduras reales y restos de la muralla romana. La nota pintoresca y de color la pone la seguridad de la Torre que corre a cargo desde 1.485 de los 36 Alabarderos (Yeomen custodios) conocidos como Beefeaters, que tienen uno de los uniformes con el característico gorro de los más bonitos que existen. Cada tarde los guardias participan en la ceremonia de las llaves que cierra la Torre durante la noche.
Y Si siguiendo con el gusto por lo British nos tomamos postre típicamente inglés: una tarta de ruibarbos con curable de avena por encima. Dulce, crujiente y ácida a la vez. ¡Un postre súper completo!
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