El Taj Mahal ha sido sin duda una de las experiencias más increíbles que hemos tenido en un viaje hasta hora.

Esta Palacio es una de las siete maravillas del mundo Patrimonio de la Humanidad y sin duda unos de los edificios más bellos que existen en el mundo. Fue construido entre 1632 y 1654 en la ciudad de Agra por el emperador Shah Jahan como mausoleo en honor de su esposa favorita, Mumtaz Mahal que murió en el parto de su decimocuarto hijo. Su cúpula de mármol blanco es la parte más conocida, pero el conjunto tiene además una gran mezquita, una casa de invitados y unos jardines y fuentes preciosos.

Muchos me habéis preguntado que cómo organizamos todo para poder disfrutar a solas durante unos minutos de este maravillosos monumento y la respuesta la tenéis aquí.

Debo deciros que estas fotos están tomadas con mi iPhone 14 y con mi Olympus. La luz al llegar a las 5:45 de la mañana era muy pobre. las primeras fotos las hicimos co el móvil porque era capaz de captar luz que la cámarano era capaz. Pensé que ninguna foto de las primeras saldría porque estaba muy oscuro pero increíblemente salieron y quedaron preciosas.

Así que para que podáis tener fotos tan inolvidables como estas voy a contaros todos los pasos que nosotros gracias a nuestro guía Arwind, seguimos para conseguir estar un raro solos y poder sacar esta maravilla de fotos.

La primera cosa que hay que tener en cuenta cuándo vayáis a visitar el Taj Mahal si queréis tener la opción de visitarlo casi a solas, son los preparativos.

Es muy importante madrugar sí o sí. Dependiendo de la temporada el Taj Mahal abre media hora antes de salir el sol. Nosotros estuvimos en Noviembre así que nos levantamos a la 4 de la mañana. Nuestro guía nos recogió con el chofer a las 4:30 y a las 5 de la mañana ya estábamos en la puerta del Tal Mahal.

La primera puerta que abre es la puerta oeste, así que esa fue la elegida por nosotros. Si vas a la puerta principal, además de abrir 15 minutos más tarde, tendrás a decenas de turistas que entrarán a la vez que tú. La puerta oeste suele ser la elegida por los mochileros para entrar al palacio, y estos no suelen madrugar tanto, así que es la puerta en la que tendrás más posibilidades de entrar el primero o de los primeros y en la que habrá menos gente esperando para entrar tan pronto.

Otra cosa muy importante si quieres entrar uno de los primeros y poder disfrutar del palacio unos minutos para tí, es entrar muy ligero de equipaje. Nada de bolsos, nada de abrigos ni de chaquetas, nada de mochilas ni de bolsas que tengan que pasar por el detector de metales. Nosotros solo llevamos una botella de agua y un chal para mí. Era muy temprano, llevaba manga corta y pensé llevar una chaqueta, pero el guía me recomendó llevar mejor un chal para no tener que pasarlo por el detector de metales. Y así fue. MI «sari» y un chal y listo.

Como complemento si quieres hacer fotos con reflejo no debes olvidar un botellín de agua que te refrescará durante la visita en el Palacio pero sobre todo te ayudará para conseguir estas fotos tan increíbles. Simplemente deja caer un poco de agua sobre el suelo, colócate delante para que el agua refleje tu cuerpo, da la vuelta a tu móvil ¡y listo!

Por último, pero no por ello menos importante es la ropa con la que vas a ir a la visita. Cuando llegamos a la India, sabía que no quería hacerme las fotos en el Taj Mahal vestida con unos vaqueros y una camisa. Quería algo que me hiciera sentir especial en un sitio tan especial, algo cómodo y bonito que traerme de recuerdo y que poder usar luego en cualquier momento pero que fuera muy indio también.

En principio había pensado en un sari, uno de los vestidos regionales más bonitos y elegantes del mundo, pero al comentar con el guía lo que quería, me convenció de que a las 4 de la mañana no sería capaz de ponérmelo sola, y me explicó que a esa hora no habría ninguna chica en recepción para ayudarme.

Así que me sugirió hacerme un vestido pero con la tela de un sari, y me comentó que en Jaipur me llevaría a un sastre para que me lo hicieran medida en el momento, para tenerlo así listo en Agra, donde visitaríamos el Taj Mahal.

Y así fue. Cuando llegamos a Jaipur y fuimos a encargarlo, yo llevaba puesta una falda, y decidí que una una falda sería más versátil y podría usarla más que un vestido. Dicho y hecho: un sastre me tomó medidas en el taller, elegí el sari que más me gustó para que la confeccionaran, y con el resto de la tela del sari pedí un chal para que la tela luciera. . Para la parte de arriba, pedí además un top negro como el que las indias usan cuando llevan el sari. Quedaron en llevarlo al hotel esa misma tarde y os aseguro que el resultado fue mucho mejor de los que esperaba.

Así que la llegar esa mañana, solo tuve que ponerme mi falda y mi top, coger mi chal, la cámara de fotos, el botellín de agua 

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