No busques el éxito, busca la felicidad
Ya está aquí el ansiado verano, y con él una receta muy demandada… hace dos meses que no publicaba un tarta. Pronto disfrutaremos de las vacaciones (algunos lo hacen ya…) y con ellas del sol y la playa. Uno de los placeres de los que disfruto más y más. Y sin cansarme nunca. Y es que soy adicta al sol y a las maletas, y a la playa…¡qué le vamos a hacer!.
He tenido la suerte de recorrer muchas playas, bastante de ellas nacionales y otras muchas en paises muy lejanos, en rincones impresionantes rodeadas de naturaleza salvaje. Algunas me desilusionaron, como la playa de la película del mismo nombre, protagonizada por Leonardo di Caprio, en el archipiélago de las Islas Phi-Phi, en el Mar de Andamán, al sur de Tailandia.
No me mal interpretéis: la playa es espectacular. Está emplazada en una especie de laguna oculta y accesible por sólo una entrada enclavada en unas montañas rocosas en medio del mar. Simplemente una playa fantástica… ¿El problema como en tantos sitios? Pues que igual que estás tú, hay otras 2.000 personas a la vez en una playa que no tiene más de 400 metros, por lo que resulta casi imposible poder hacerse una foto sin que salgan también otras 20 personas detrás
Eso sí, el color verde intenso de la vegetación salvaje (el entorno está protegido), en contacto con unas aguas que recorren toda la gama de azules y verdes como la acuarela, y que están aún plagadas de peces tropicales, hacen de «La playa», un lugar inolvidable en cualquier caso.
Otras playas sin embargo me han sorprendido gratamente porque no las esperaba tan grandiosas. Este es el caso de las playas de Isla Roatán, en Honduras.
Roatán se ubica en el archipiélago de las Islas de la Bahía, perteneciente a Honduras. Se encuentra en el Mar Caribe (al norte del país, a unas 30 millasde la costa). La isla es diminuta, tiene unos 125 km2, y está protegida por el arrecife de coral.
Casi toda ella es parque y se mezcla, como otras muchas islas del caribe, el verde de la selva tropical, con un azul turquesa de sus aguas que enamora nada más llegar y el inmenso color de su cielo os hará olvidar el paso del tiempo. Sus gentes son amables, predispuestas y debido al pequeño tamaño de la isla, no dudéis un instante en aprovecharla al máximo contratando un taxi para poder ir de un lado para otro con tiempo suficiente para conocer el mar, la montaña y la ciudad.
La característica principal de Roatén son sus playas de arena muy blanca, bordeadas por verdes cocoteros. Sus azules mares son extremadamente cristalinos lo que permite apreciar el movimiento de las diferentes especies de peces entre las algas multicolores: a un metro escaso de la misma orilla de la playa, podían verse paseando increíbles langostas.
El diario New York Times situó a Roatán en el puesto número 30 de los 53 lugares a visitar en todo el mundo en la lista de destinos turísticos mundiales ya del 2.008, y sinceramente estoy totalmente de acuerdo. Es un lugar encantador donde disfrutar de playas aún paradisíacas, de una gente maravillosa y de una comida fantástica. ¡Que gozada de lugar!
En esta época comenzamos a mirarnos al espejo y a preguntarnos qué tal estaremos en bikini este verano. La respuesta casi nunca es positiva, y nosotros nos torturamos queriendo perder en unos días esos kilos que a casi nadie le parece que nos sobran pero que nosotros nos empeñamos en querer perder. Pues este es mi capricho, mi descanso entre tanta lechuga. Un pedacito de placer en forma de una preciosa tarta que además está deliciosa. La llamo la tarta acuarela porque la primera vez que la hice, mi madre al verla dijo «¡pero si parece una acuarela!», y así se quedó, con el nombre de la tarta acuarela, como los colores del mar y las playas que hemos visitado.: celeste, agua marina y violeta. Espero que os guste mucho y que la disfrutéis tanto como la disfrutan los míos cada vez que la hago. ¡Vamos a por ella!.
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