Esta es la tarta de cebolla que siempre prepara mi Tía Nena. Y es que hay recetas que en mi familia se repiten una y otra vez desde siempre porque a todos nos encantan, y eso es lo que le pasa a esta receta de tarta de cebolla, una receta que está en la familia desde que tengo uso de razón y que siempre prepara mi Tía Magdalena, mi Tía Nena.
Casi todas las recetas de tarta de cebollas que encontraréis por ahí (por no decir todas), llevan nata y huevos, es decir, se preparan como si fuera una quiché pero con cebollas. Esta que yo os traigo hoy sin embargo, se hace con una bechamel que se deja cocer lentamente con la cebolla caramelizada, lo que hace que la tarta sea mucho más ligera, suave y cremosa.
Es una tarta salada muy sencilla pero muy rica que ha entrado a formar parte de mi colección de recetas infalibles que lo mismo me solucionan una cena de última hora que una visita imprevista a la hora de comer. Casi se hace sola y suele gustar a todo el mundo. Una delicia de tarta que os propongo para cualquier ocasión, para cualquier día… «porque yo me lo merezco».
Ingredientes
- Para la masa brisa:
- 280 g de harina
- 1/2 cucharadita de sal
- 110 g de mantequilla (o aceite de oliva)
- 2 cucharadas de agua
- 40 g de Grana Padano rallado
Para el relleno
- 1 kilo de cebollas
- 50 g de mantequilla (o aceite de oliva)
- 4 cucharadas de harina
- 1/2 litro de leche caliente
- ½ cucharadita de nuez moscada
- Un poco de pimienta negra recién molida
- 60 g de Grana Padano
- 1/2 cucharadita de sal
- 80 g de queso rallado
para la masa brisa, en un bol grande, mezclamos con las manos la harina, la sal y la mantequilla hasta que tenga una consistencia de arena gorda. Cuando todo esté bien mezclado, agregamos la bol una cucharada de agua y el queso Grana Padano rallado y volvemos a mover.
Hacemos una bola con nuestra masa y la estiramos la masa brisa con ayuda de un rodillo entre dos papeles de horneado.
Precalentamos el horno a 180ºC.
Forramos un molde desmontable con la masa. Ponemos peso encima de ella y horneamos durante 20 minutos a 180ºC. Esto es lo que se llama un horneado ciego o blind baking que se usa para rellenos que no necesitan mucha cocción en el horno como es el caso de esta tarta. Pasado este tiempo y cuando los bordes estén dorados, la sacamos del horno y reservamos.
Picamos la cebolla en ruedas finas y en una cacerola, ponemos un poco de mantequilla y las cebollas picadas y pochamos a fuego medio durante unos 20 minutos, o media hora, hasta que la cebolla esté bien dorada (caramelizada).
Calentamos la leche en un cazo a fuego suave.
Cuando la cebolla esté lista la retiramos y en la misma cacerola añadimos una cucharada de mantequilla y la harina y tostamos a fuego medio-suave durante un par de minutos.
Comenzamos a añadir la leche poco a poco cuidando que no se formen grumos (si la leche está bien caliente no deben formarse grumos, pero si se formaran, podemos pasar la minipimer o batidora a nuestra salsa bechamel una vez hayamos incorporado toda la leche y devolver al fuego).
Cuando toda la leche esté incorporada, añadimos de vuelta las cebollas y dejamos cocer lentamente durante unos 10 minutos hasta que la bechamel esté cocida, no se note la harina cruda y tenga todo el sabor de la cebolla caramelizada.
Salpimentamos con sal, pimienta negra recién molida y nuez moscada y damos un hervor.
Rellenamos el molde con la mezcla. Cubrimos con un poco de queso rallado y con más Grana Padano rallado y horneamos a 180 grados durante unos 20 minutos, hasta que la masa esté bien dorada.
Sacamos del horno y dejamos reposar durante un par de minutos antes de desmoldar.
Trucos y consejos
Servir acompañado de un poco de ensalada
Sustituye la pasta brisa por una masa de hojaldre preparada y hazla sobre una bandeja de horno en lugar de sobre un molde
Dificultad: media
Tiempo de preparación: 40 minutos
Comensales: 8