Huevos rancheros mexicanos. El desayuno de los valientes

La primera vez que tomé estos huevos rancheros fue en México. Acabábamos de llegar a la península del Yucatán y aunque lo que me pedía el cuerpo eran unas tostadas con algo de bollería recién hecha no había opción. Estábamos en México y ¡esas cosas no las toman los valientes!.

Una mañana de cielo azul, aguas turquesas y un verde selva impresionante. El entorno era justo lo que había soñado y yo tenía un hambre que me rugían las tripas. Mi primer impulso fue soñar con zumito de naranja y tostadas con mantequilla pero mi viaje me tenía preparada un sorpresón que no olvidaría.

Decidimos dejarnos llevar y nos sirvieron estos deliciosos huevos rancheros además de otras cosas que yo habría tomado para comer pero jamás para desayunar, pero como os he dicho tenía hambre. Y menos mal, porque ¡me los habría perdido! y habría sido una pena.

La experiencia resultó ser fantástica, y tras el desayuno, lejos de vencerme el jet-lag, estuve todo el día sin parar. No se si fue el chile, esa deliciosa salsa de tomate o los huevos de las gallinas de la señora que nos los cocinó, pero la verdad es que estos huevos rancheros fueron un desayuno inolvidable.

Tengo que confesaros que estos huevos los hacemos más en casa para cenar que para desayunar, pero eso no quita para que un día os atreváis. Os garantizo que con unas tortillas de maíz, unos frijoles y un poco de queso se elevan a la máxima potencia y serán el confort en esos días de frío que piensas que no vas a poder

Y yo lo llamo el desayuno de los valientes por lo que me dijo el camarero que no quiso ponerme tostadas, y porque son unos huevos rancheros muy picantes que te levantarán el ánimo. Son mi versión de esos deliciosos huevos que me tomé mirando el mar Caribe y que nunca olvidaré. Desde ese día están el un rinconcito de mi mochila. Así que ¡vamos a por ellos!

Preparación

1 Freír el tomate. Para ello en una cacerola grande, poner el aceite con los dientes de ajo picados. Dorar y añadir la cebolla picada y los chiles picados. Cuando la cebolla esté transparente, añadir el tomate y dejar freír alrededor de 30-40 minutos a fuego suave hasta que los tomates pierdan todo el agua y quede una salsa bien espesa. Salpimentar.

2. En un recipiente apto para horno, poner una rebanada de pan fino en el fondo. Y los serví en porciones individuales en estos preciosos platos de Revol que son además muy útiles para preparar cremas y postres.

3. Cubrir la base con el tomate frito. Yo prefiero hacer los huevos al horno porque es más fácil, más rápido y puedo hacer varios a la vez. Cascar un huevo sobre cada cazuela. Poner un toque de sal sobre la yema y rallar un poco de queso parmesano.

4 Hornear a 200 grados unos 15 minutos hasta que los huevos se cuajen.

5. Servir calientes con un poco de albahaca fresca picada por encima