Burdeos es a menudo llamada «la pequeña París». Su centro histórico y sus monumentos recuerdan mucho a la arquitectura de la bella capital francesa que es una de mis ciudades favoritas del mundo, y en 2007,  una de las zonas del centro, la de Puerto de la Luna, fue declarada Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco y no me extraña.

Es una ciudad perfecta para recorrerla a pie y muy fácil moverse por ella si prefieres el transporte público.

Mi recomendación es que el alojamiento lo busques con tiempo y cerca del centro porque eso te posibilitará moverte a pie en la ciudad. Nosotros además alquilamos un coche para poder visitar diferentes bodegas y el pueblo de Saint-Emilion (pronto os traerle un post sobre él)

Empezamos el día desayunando y para ello hicimos una ruta de pastelerías y panaderías por la ciudad. Me encantaron. La primera parada fue en La Boulangerie del Hotel de Ville, Jocteur

Tomamos petit-choux, bollería típica francesa en Dunas Blanches y por supuesto los canéeles, el dulce más típico y conocido de Burdeos que aunque no es de mis favoritos merece la pena probar.

Su casco viejo es una auténtica maravilla y me recordó muchísimo a las calles de París, recogidas y con una arquitectura preciosa.

En la Plaza de Peyberlan está la Catedral. Inmensa y preciosa es algo que no puedes perderte. La Catedral de San Andrés pone límite entre la ciudad vieja y la nueva y es Patrimonio de la Humanidad por formar parte del Camino De Santiago.

Seguimos pro la Calle Santa Catalina que es la calle comercial principal de Burdeos, y en ella llegamos a Casonade, el lugar de los cannelles más típicos de la ciudad. Los hay clásicos y de vainilla y no puedes perderte probarlos al menos una vez. Se hornean en moldes de cobre estriados y se hace a 2 temperaturas para que el exterior caramelice y queden tiernos en el interior.

Llegamos así a La Place de la Bourse, (la plaza de la Bolsa), que mira al río Garona en el barrio de Saint Pierre. En ella está el Museo de la Aduana, la Cámara d Comercio e Industria de Burdeos y el hotel Le Gabriel consuno de los mejores retrates de la ciudad.

Delante está el Espejo de Agua (Mirror of water) que es donde todo el mundo hace la forto de la plaza de la bolsa reflejada en el agua. La plaza tiene un sistema de regado que hace que se cree un espejo natural. Solo hay que tener paciencia y harás una foto increíble, ya verás.

Desde ahí nos dirigimos a la Port Cailhau. Burdeos tiene 6 puertas pero esta es la más bonita de todas, al menos para mi. Para,os a comer en Colmé Vaï, un sitio informal con platos del día y tablas de queso y embutidos perfecto apara una pareada rápida y continuar con el paseo.

Atravesamos el Parque Público de Burdeos, un laque precioso con canales, lago, patos y zonas para descasar y para jugar si vais con niños.

Así llegamos a la Place du Marché des Chartrons, que preside la otrazoba de la ciudad que no debes perderte. Me recordó mucho a Les Marais de París o el bario de Chelsea de Londres. Tiendecitas ideales, de artesanos locales, anticuarios y muchos bares y trestaiurantes pequeñitos co mucho encanto. Pasdea por la Rue Nôtre Dame y no te pierdas la Patisserie Micheline & Paulette.

Esta ciudad, el vino, la comida su ambiente y la gente te enamorarán. En definitiva es una ciudad para volver y volver

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