La Escocia de las destilerías es un atractivo indudable si visitas Speyside.

Salimos desde la isla de Skye dando una vuelta más grande de lo normal. Había visto un castillo que quería visitar a toda costa y eso nos hizo desviarnos de la ruta más directa pero nos permitió ver un paisaje precioso también.

Volvimos a ver Eilean Donan porque quería verlo con una luz diferente, a la luz de la mañana y aunque hacía frío fue una de las mejores paradas. Es increíble como este castillo cambia con la luz del día y os recomiendo si podéis que vayáis a verlo al amanecer y al atardecer.

Salimos camino de Ardverikie Estate, junto a Kinloch Laggan, así que en lugar de volver por el lago Ness como habíamos llegado a Skye, decidimos cambiar de ruta para ver el castillo.

La vista es increíble pero…desde la carretera. Acceder al castillo fuera de la temporada alta es muy difícil. Hay que dejar el coche aparcado en una explanada y desde ahí, andar una hora y 40 minutos hasta llegar al castillo. En temporada alta, hay un transfer que te lleva del parking al castillo pero cuando termina agosto ya no es posible cogerla y solo se puede llegar andando, así que ojito con reservar para dormir, que se puede, porque la caminata con la maleta es algo a tener en cuenta.

Aún así estoy super contenta de haber alargado la ruta una hora en coche porque el castillo es precioso. Un auténtica maravilla que se ha quedado en mi lista para cuando vuelva.

Continuamos el camino hasta Aberlour, nuestro destino final ese día. Es un pueblo pequeño, con una tienda de shortbreads, la galleta más conocida de Escocia y con muchas destilerías de whisky que visitar, y este, no lo olvidemos, era nuestro principal objetivo en el viaje.

Lo más recomendable es que planifiquéis las visitas y compréis las entradas con tiempo. En casi todas hay varios tipos de visitas a realizar aunque la diferencia principal es la cantidad de whiskies que se catan.

Quisimos visitar MaCallan pero no tenía ya plazas un par de semanas antes, así que nos decidimos por Aberlour, una de las más bonitas de la zona y la más antigua y por Glenlivet. Una de las más conocidas pero moderna.

La experiencia fue genial, sobre todo porque se catan whiskies que aquí es difícil de encontrar. Whiskies ahumados, con toques a madera e incluso whiskies curados en barricas de Jerez con una sabor increíble. es muy curioso coo actividad y si te gustan las experiencias que unen cultura y tradición esta te va a encantar.

Nuestra última noche la pasamos en el hotel The Dowans Hotel of Speyside, un hotel precioso, anclado en una mansión victoriana que abrió en 2012. Solo tiene 16 habitaciones, preciosas, decoradas con mucho gusto y muy confortables.

Cenamos en el hotel y fue un acierto porque la comida es ¡buenísima!. Tiene además un bar con chimenea en el que nos tomamos una copa antes de cenar, y una cava de whiskies con más de 100 referencias para poder alargar la experiencia escocesa tras el postre.

Al día siguientes, paramos en el último castillo de Fraiser nuestra ruta, y de ahí al aeropuerto. Un viaje maravilloso para repetir co muchas cosas vistas pero muchas pendientes que tengo guardadas para cuando volvamos. Pronto espero.

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