Muchos me habéis pedido esta receta de roscos de vino veganos. Una receta navideña que no tuviera manteca de cerdo para que los que no podéis tomarla o simplemente no queréis, pudiérais disfrutar de las recetas navideñas.

Bueno pues ya está aquí. Es una receta muy sencilla que se prepara en nada tiempo y que es saludable porque solo lleva aceite de oliva virgen extra como grasa. Como siempre es muy importante que el aceite sea del mejor y yo ya sabéis que siempre uso en aceite de OMED. En este caso he usado Arbequina de primera cosecha porque me encanta el sabor que da a la repostería.

Se trata de una receta de roscos de vino veganos de las tradicionales de toda la toda que en casa preparaba María. Siempre digo que me considero muy afortunada en la vida pero sobre todo siempre digo que tuve la infancia más feliz que se puede soñar. Mis abuelos tenían un cortijo precioso en el campo, en Martos, un pueblo de la provincia de Jaén, Se llamaba El Chinche y a él nos íbamos todos, tíos y primos, a pasar Navidades, fines de semana y puentes durante los meses de frío. Un cortijo productor de aceituna y al que debo mi amor incondicional por el olivo y el buen aceite de oliva.

Allí aprendimos a jugar con barro, a pasar horas de árbol en árbol, a amar el campo y a convivir. Somos una familia grande, bueno quizás para algunos enorme, con 25 primos que nos juntábamos sin ley ni orden a tirarnos aceitunas (perdóname abuelo,, pero así era), a recoger agua del pozo, montarnos en el tráctor y a jugar al escondite en el molino de aceite. Desayunábamos picatostes fritos en aceite recién prensado, comíamos de cuchara y merendábamos pan con aceite y cola-cao porque era el sustituto natural de la nocilla. Una infancia de ensueño que siempre siempre, me trae una sonrisa a la cara cuando la recuerdo porque sobre todo fue una infancia con mucho, muchísimo amor y risas.

El cortijo lo cuidaban Bernardino y María, un matrimonio de personas entrañables, cariñosas y buenas a las que siempre consideraremos como de la familia y que sobre todo nos adoraban a todos. Bernardino nos colgaba por las mañanas, cuando llegaba con el pan recién horneado, una bolsita de chucherías de uno de los árboles de la entrada del cortijo, y durante muchísimos años, todos los primos pensábamos que teníamos un árbol mágico que daba chucherías por la mañana. Una bolsita de plástico en la que siempre había una chuche para cada uno. Un amor de hombre que disfrutaba con nuestras risas y carreras y también, estoy segura, con nuestras trastadas.

María, su mujer, era una abuelita deliciosa, con su pelo blanco corto, regordeta y con una sonrisa que nos podía a todos. Por las tardes, nos escapábamos a su casa (tenían casa propia dentro del cortijo) y ella nos daba los dulces que nos preparaba de vez en cuando. Magdalenas, tortas de aceite, o estos roscos de vino que hacía a mano, sin batidoras ni robots, pero que nos sabían a gloria y que además son unos roscos de vino veganos.

Hoy los quiero compartir con vosotros. Los roscos de vino de María que tanto nos gustaban. Solo espero que mis roscos de vino veganos os sepan tan bien como a nosotros cada año por estas fechas con el frío del invierno en El Chinche.

Ingredientes

  • 500 g de harina
  • 1/2 cucharadita de canela molida
  • 150 g de azúcar
  • 90 g de almendras picadas
  • 135 ml vino dulce de Málaga Moscatel
  • 2 cucharadas de anís dulce
  • 125 ml de aceite de oliva virgen extra OMED Arbequina
  • 1 cucharadita y media de levadura en polvo
  • 125 g de azúcar glas

Preparación

1 Precalentar el horno a 180ºC

2. Tostar la harina siguiendo el procedimiento usado en los mantecados y polvorones.

3. Tamizamos la harina con la levadura y añadimos la canela, el azúcar y las almendras. Mezclamos con una cuchara.

Añadimos el vino moscatel y el anís junto con el aceite. Amasar hasta que la mezcla sea homogénea y casi no se pegue a las manos. Dejar reposar una hora.

4. Sobre un papel de hornear o sobre la superficie ligeramente enharinada, extender la masa con ayuda de un rodillo. Si el rodillo se pega bastará un poco de harina para que ruede bien sobre la masa. Tiene que quedar una plancha de 1 cm y medio de grosor.

5. Con ayuda de un cortador de galletas redondo, cortar los roscos. Para hacer el agujero del centro yo usé un descorazonador de manzanas, pero si no tenéis podéis usar la punta del mango de una cuchara de palo.

6. Colocar los roscos sobre una placa de horno sobre la que habremos puesto un papel de hornear.

7. Hornear durante unos 15 minutos hasta que estén ligeramente dorados. Con mucho cuidado y con ayuda de una espátula, pasar a una rejilla para que se enfríen completamente.

8. Espolvorear con azúcar glas y envolver en papelillos de seda o guardarlos en una lata

 

Trucos y consejos

  • Prueba a añadir dos cucharadas de cacao puro en polvo para una versión con sabor a chocolate
  • Dificultad: fácil
  • Tiempo de preparación: 80 minutos
  • Raciones: 30 roscos

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