Hoy nos vamos de viaje a la Pagoda Shwezigon y nos va a traer un final muy dulce, una deliciosa Crema mousse de yuzu con frambuesas y no se cuál de las dos cosas os va a gustar más, si el destino o la receta. La Shwezigon Paya o la Pagoda Shwezigon está en Nyaung-U, un pueblecito en Myanmar (antigua Birmania), situado a medio camino entre el aeropuerto Nyaung-Oo y a la gran llanura de Bagán (que es sin duda uno de lugares más bonitos que he visto en mi vida y que guardo como un tesoro en mis recuerdos viajeros). Merece la pena pararse en Nyaung-U para visitar su pequeño pero precioso mercado y esta impresionante pagoda cuya inmensa cúpula dorada en forma de campana, alcanza casi los 49 metros de altura.

La Pagoda Shwezigon es uno de los edificios religiosos más importantes de Myanmar, y sirvió de prototipo para la construcción de otras estupas a lo largo y ancho del país. Está formada por una una gran estupa circular cubierta de pan de oro y rodeada de templos y santuarios más pequeños y marcó además un hito en la relación entre la religión tradicional birmana y el budismo Theravada.

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Fue construida en el siglo XI por el rey Anawrahta (r. 1044-1077), que acababa de convertirse al budismo y que se convirtió en le primer defensor del budismo en Myanmar. El rey quiso construir la Pagoda Shwezigon como relicario gigante en el que guardar una colección de reliquias, incluyendo algunos huesos de Buda, una copia del diente de Kandy de Sri Lanka, y una imagen del Buda de Esmeralda de China. La leyenda cuanta que fue el Elefante Blanco (el animal sagrado símbolo del poder real), el que eligió el lugar donde levantar esta Pagoda y desde el principio se convirtió en lugar de peregrinación, al que cada año entre Noviembre y Diciembre acuden los peregrinos al Festival Shwezigon.

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Probablemente lo más llamativo sea que al levantar la Pagoda Shwezigon, el Rey Anawrahta quiso que se incluyeran 37 estatuas, correspondientes a los 37 Nats o espíritus más importantes de la religión birmana y que centraban el protagonismo de esta religión hasta la llegada del Budismo, de modo que se convirtió en símbolo de la unión de ambas religiones.

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Su inmensa cúpula dorada en forma de campana, alcanza casi los 49 metros de altura. Es maravilloso visitarla de día, porque a poco que brille el sol, su luz se refleja sobre el dorado de la pagoda, lo que la hace inmensa en el azul del cielo, pero por la noche resulta impactante por su iluminación.

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Es un lugar precioso, que no te dejará indiferente. Lo mejor visitarla al atardecer. Pocos atardeceres son tan impresionantes como los que se pueden ver desde las pagodas birmanas. Inolvidables y sin duda un lugar al que volver ¡Lástima que el mundo sea tan grande y me quede tanto aún por ver!

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Y ahora vamos con la receta. Esta Crema mousse de yuzu con frambuesas la hice de postre para una cena en casa y todos quedaron encantados. Su sabor despista porque no es tan ácido como el limón, pero si no conoces el yuzu es el sabor que más se le parece aunque no sabe igual.

El yuzu es un cítrico de Asia Oriental que me encanta usar porque tiene un sabor muy rico. Su color es amarillo verdoso pero del tamaño de una mandarina. Su sabor está entre la mandarina y el limón, ácido pero sutilmente y es básico en la salsa ponzu. Yo no he sido capaz de encontrarlo fresco aquí, pero sí que encuentro el zumo, así que si no lo encontráis fresco, podéis comprar su zumo en pequeñas botellitas en tiendas de alimentación asiática. En esta receta de Crema mousse de yuzu con frambuesas queda genial el zumo, así que no os agobiéis si no lo encontráis fresco.

Me encanta servir los postres de manera individual para las cenas y comidas en casa porque siempre me toca a mi servir, y si lo presento individual, me ahorro tener que repartirlo, así que así serví yo mi Crema mousse de yuzu, en unos bonitos vasos de vino que además eran de diferente tamaño.

Pero si os apetece, podéis hacer una tarta con este mousse. Para hacerlo, forráis el fondo de un molde desmontable con una mezcla de galletas trituradas, un poco de leche y mantequilla derretida y lo pasáis a la nevera hasta que la masa endurezca. Al hacer vuestra Crema mousse de yuzu con frambuesas, en lugar de añadir solo dos hojas de gelatina, añadís cinco, para que la crema tome más cuerpo, y luego lo dejáis al menos cuatro horas en la nevera para que cuaje bien. Así de fácil y así de cómodo, y tendréis una presentación completamente distinta.

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Ingredientes

  • 300 ml de nata líquida al 35% de grasa
  • 100 g de azúcar glas
  • 150 g de crema pastelera
  • 120 cl de zumo de yuzu
  • 2 hojas de gelatina
  • 150 g de frambuesas fresca

 

Preparación

1. Hacer la crema pastelera siguiendo este procedimiento. Dejar que se enfríe. Reservar.

2. En un tazón poner las hojas de gelatina a hidratar cubriéndolas con agua fría.

3. Montar la nata con el azúcar hasta quew se formen picos firmes.

4. Añadir la crema pastelera y con ayuda de unas varillas o espátula, incorporar bien hasta que esté bien mezclado.

5. Escurrir bien el agua de las hojas de gelatina. En un cazo calentar el zumo de yuzu y las hojas de gelatina hasta que se deshagan por completo. Retirar del fuego y pasar a un bol.

6. Con ayuda de una cuchara añadir una cucharada de la crema de nata al zumo de yudo y mover hasta mezclar bien. Repetir la operación hasta haber añadido 4 cucharadas. Esto lo hacemos porque si el cambio de temperatura de la gelatina es muy brusco, la gelatina solidificaría y se formarían grumos en la nata. Para evitarlo es importante hacerlo poco a poco. Cuando la temperatura de la mezcla de zumo sea la misma o casi igual que la de nuestra nata montada, entonces, volcamos el zumo sobre la mezcla de nata y con ayuda de una espátula, incorporamos hasta que la Crema mousse de yuzu con frambuesas esté homogénea y bien mezclada.

7. Servimos la Crema mousse de yuzu en unos vasitos y decoramos con unas frambuesas.

 

[box]Trucos y consejos

  • Podemos hacer una tarta, (forrando un molde con galletas trituradas), pero para conseguir una consistencia más fuerte añadiremos 5 hojas de gelatina en lugar de dos
  • Dificultad: media
  • Tiempo de preparación: 30 minutos
  • Raciones: 6

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