Esta Coca de San Juan es el desayuno de mi marido el día de su santo. Es un dulce muy típico en Cataluña y este año me he decidido a prepararla.

El no es nada dulcero pero cayó rendido a los pies de estos bolos que me recuerdan mucho a los brioches dulces que prepara mi madre en casa desde siempre, aunque estos tienen el plus de la crema que es lo más.

He seguido la receta de Xavier Barriga, un panadero de lo mejor que hay en este país (Turris es visita obligada si vas por Barcelona), pero yo, para variar, me he empeñado en darles un giro, añadiendo un poco de mermelada de ruibarbos y fresas antes de rellenarlos con la crema. Unos los hice con piñones, que es la versión clásica, y otros con pistachos, aunque reconozco que los piñones le van fenomenal.

Se hacen muy rápido y aunque tienen dos levados, son muy fáciles y salen seguro. Como todos los bollos están buenos recién hechos y en le mismo día. En esta época al llevar crema, hay que guardarlos en la nevera por la crema si queréis tomarlos al día siguiente, así que pierden suavidad con el frío de la nevera.

Pero como se hornean en solo 10 minutos, yo guardaría la masa en la nevera sin hornear y cuando los quieras tomar, las sacas de la nevera una hora y luego horneas, y en un rato tienes tus bollos o cocas de San Juan recién hechos en casa.

Preparación

Comenzar con la masa de cocas. En un bol grande mezclar la harina, la levadura, la sal, el azúcar, la leche y los huevos. En una batidora eléctrica con el accesorio de amasado (gancho) amasar durante unos 5 minutos hasta que todo esté bien integrado. Dejar reposar 15 minutos.

Añadir ahora poco a poco la mantequilla a temperatura ambiente. Hay que integrar bien antes de añadir otra parte. Yo la añadí en tres veces. Sacar la masa del bol. Impregnarlo bien de mantequilla y devolver la masa a él. Tapar con un trapo y dejar reposar 1 hora. Yo ya sabéis que tapo el bol con un gorro de ducha que tengo para las masas y meto el bol en el horno cerrado pero apagado para que leve sin corrientes.

Pasado ese tiempo, porcionar la masa en 9 de trozos de aproximadamente 95 g. Formar bolas y colocarlas sobre un papel de hornear en una bandeja de horno. devolver al horno durante una hora.

Si queréis hacer una coca grande solo tenéis que formar un rectángulo. No useis rodillo, Las manos son suficientes. Dejar reposar una hora

Mientras tanto, poner a calentar la leche. En un bol con ayuda de unas varillas eléctricas, batir el azúcar, huevo y yemas y la vainilla hasta que estén bien espumosas (unos 3 minutos en los que la mezcla se volverá además pálida). Añadir entonces la maicena y volver a mezclar con las varillas eléctricas.

Cuando la leche esté comenzando a hervir, volcar poco a poco sobre el bol y mezclar con ayuda de unas varillas manuales, mezclando bien.

Devolver la mezcla al cazo y continuar cociendo a fuego moderado sin parar de batir hasta que la crema haya espesado y esté bien lisa. Apartar del fuego y mover hasta que la mezcla pierda el calor. Pasar a una manga pastelera desechable y reservar.

Pasado el tiempo de reposo de las cocas, precalentar el horno a 200 grados.

Hundir con la mano un poco el centro de las cocas. Con ayuda de una cuchara poner un poco de mermelada y encima la crema pastelera con ayuda de la manga a la que haremos un corte (no necesitamos boquilla). Pintar con huevo y salpicar los bordes con piñones y pistachos, y azúcar humedecida. Hornear 10 minutos y ¡a disfrutar!

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