«El talento es algo atribuido a las mentes abiertas, jamás a las obtusas»

Magdalenas de Lavanda en Español

Lavender cupcakes in English

Una de mis visitas imprescindibles cuando paso por Londres es Portobello, en Notting Hill. No sé que tiene, pero siempre encuentro alguna novedad que me llama la atención. Es curiosa la contradicción, se trata de un mercadillo de anticuarios, pero se encuentran artículos y tendencias a la última, supongo que la proliferación de tiendas, puestos y negocios relacionados ha complementado la oferta de la zona, sobre todo, el resto de la semana. Quizá Portobello refleje ese espíritu clásico a la vez que innovador que Londres destella.

Como casi todos sabéis, a lo largo de Portobello Road y sus calles adyacentes, los sábados se forma un bullicio constante de foráneos y algunos londinenses que buscan en las antigüedades que el mercado callejero ofrece y en lo pintoresco de su estilo la esencia de la cultura “british” contemporánea. La zona es eminentemente turística, pero no por ello, no deja de ser uno de mis visitas favoritas del “London” más tradicional. Me gustan sus casas, bajas y coloridas con sus patios ingleses, su aire vintage, sus tiendas llenas de recuerdos, baratijas, souvenirs, antigüedades, sus almonedas, y sus locales de restauración. Aun reconociendo el carácter turístico del mercado, me resulta realmente atractivo en todos los sentidos.

Sé que muchos tenéis el lugar más que visitado, pero la capacidad de reinventarse de la capital del Reino Unido se muestra en una caminata a lo largo de esta calle. Os propongo que me acompañéis por un breve itinerario para descubriros un par de sitios. A los que lo conocéis os dará el toque nostálgico del recuerdo del viaje, y a los que no, creo que os proporcionará una visión atractiva para incluirlo en vuestra próxima visita a Londres.

Vamos hasta la estación de metro Notting Hill Gate (Central, Circle & District Line), salimos y tomamos de frente Pembridge Road, justo en la primera calle a izquierda, intersección con Kensington Park Road. Retomando Pembridge Road, accedemos cien metros más adelante a Portobello Road, aquí ya no hay pérdida, todo recto hasta el final de la calle. Los coloridos edificios de baja altura, los llamativos locales situados a pie de calle, y los llamativos puestos, hacen del paseo una delicia. No se debe tener prisa, para saborearlo, hay que ir con al menos dos horas por delante, hay mil y un objetos que os llamarán la atención y os sorprenderán. Mi recomendación es que completéis el recorrido de ida y vuelta por Portobello Road, y de bajada, aprovechéis para hacer un par de paradas

Entre las calles Westbourne Grove y Lonslade Road (sólo a derecha) se encuentran los dos sitios sobre los que os quiero hablar. Para tomar un snack o hacer una parada rápida para comer, su “lunchtime” no os perdáis los fabulosos bocadillos de Gail´s Artisan Bakery (esquina con Lonslade, en el 138 de Portobello Road) de diferentes tipos de pan recién hechos, con combinaciones de ingredientes frescos y naturales. El ambiente es urbano, cálido y acogedor y el precio es bastante asequible. Tened en cuenta que los viernes y sábados se llena de gente al mediodía. No pidáis aquí el postre, reservaros para el siguiente…

The Hummingbird Bakery situada en el número 133 de Portobello Road. No os va a defraudar. Pertenece a una cadena de pastelerías que dispone de cinco establecimientos en Londres. Esta abrió en el 2.004 pero yo la descubrí en una de mis visitas, cuando decidí cumplir con mi habitual paseo por el mercadillo de Portobello. Mientras me adentraba en el corazón de las tiendas y locales, paseando entre recuerdos y baratijas, inundada completamente por el ambiente a vinilo desgastado, me topé de sorpresa con la novedosa pastelería: ¿Eh? ¡Es Hummingbird!… la del libro….

En un post anterior os conté de donde como conocí en Cambridge el magnífico libro que os recomiendo (en inglés) si os encanta la repostería. Se titula “The Hummingbird Bakery CookBook”, y está publicado por Ryland Peters and Small. Las recetas son novedosas porque se centran en la pastelería y repostería norteamericana contemporánea de desserts (postres), cakes (tartas), cupcackes (pastelillos o magdalenas), muffins (magdalenas sin cobertura), pies (tartas finas) y brownies, combinando sabores, colores y texturas muy novedosas, dándoles una vuelta más a las recetas de toda la vida, además, la fotografía está muy cuidada y denota la magnífica calidad de la edición. Pues bien, tras varias recetas hechas y con resultados excelentes (y es lo que más me gusta del libro, que aparte de buenas fotos, las explicaciones son claras), terminé situándolo en un lugar preferente de mi biblioteca de cocina, de hecho, la receta que hoy publico procede del mismo.

Y no os podéis imaginar como disfruté. Me encontraba en el templo de las nuevas recetas americanas de cakes, pero había de todo: cakes, cupcakes, muffins, pies, etc. La sucursal de Notting Hill es pequeña y acogedora. La decoración coqueta y la presentación colorida en tarteras de cristal sobre la vitrina del mostrador te sugiere un ¡cómeme! inmediato. El local estaba atestado de gente por lo que suponía que había acertado y así fue.

Ponedla en vuestras preferencias en cualquier visita que hagáis a la capital británica si disponéis de tiempo, os va a encantar. Primero, por encontrarse de paso en Portobello lo que os permite una apacible caminata y ¿cómo no? por su dulce tentación. ¡Riquísimos!.

Veréis la sorpresa que os llevaréis al probar estas magdalenas. A algunos os puede parecer a priori que sabrán a colonia o a algo raro, pero la verdad es que el sabor es muy suave y original. En casa se chuparon los dedos y los niños disfrutaron mucho de ellos. Dedicado a mi gran amiga Cris y a Vicki que fué muy generosa y ayudó a su madre a coger la lavanda salvaje para mí. Gracias a las dos. ¡Sin vosotras probablemente no me habría lanzado a hacerlas!.

Imprescindible: tener lavanda. ¿os atrevéis a hacerlas conmigo?

  • Nivel de dificultad: Difícil
  • Tiempo de preparación: 45 min.
  • Para 12 unidades

Ingredientes

Para la masa de los cupcake o magdalenas:

  1. 120 ml de leche 0,07 €
  2. 3 cucharadas de flores secas de lavanda. Las flores tienen que emulsionar en la leche desde el día anterior en la nevera. Para ello ponemos en un vaso la leche. Añadimos las flores secas de lavanda y dejamos en la nevera toda la noche. Lo mejor es coger la lavanda salvaje del campo, pero si no podéis comprar una planta con flores en viveros 2,40 €
  3. 120 grs de harina 0,18 €
  4. 140 grs de azúcar blanca 0,12 €
  5. 1 cucharadita y media de postre de levadura en polvo 0,15 €
  6. 40 grs de mantequilla sin sal a temperatura ambiente 0,16 €
  7. 1 huevo 0,12 €
  8. 12 ramitas de flor de lavanda para decorar (opcional)

Para el frosting o cobertura de los cupcakes:

  1. 25 ml de leche 0,20 €
  2. 1 cucharada de flores secas de lavanda. Las flores tienen que emulsionar en la leche desde el día anterior en la nevera. Para ello ponemos en un vaso la leche. Añadimos las flores secas de lavanda y dejamos en la nevera toda la noche.
  3. 250 grs de azúcar glas (yo usé la marca inglesa Tate) 1,00 €
  4. 80 grs de mantequilla sin sal a temperatura ambiente 0,08 €
  5. una poco de colorante de color morado 0,05 €

Total 2,13 € si tenéis lavanda o 4,53 € si no tenéis lavanda, y mucho cariño en la cocina para 12 cupcakes. No se puede pagar menos por una recompensa tan alta. Son deliciosas.

Utensilios:

  1. 12 moldes de papel de magdalenas
  2. una batidora eléctrica
  3. horno
  4. cucharas y boles

Maridaje:

Pues me lanzo a recomendaros que toméis estas magdalenas con una buena limonada. Ahora que llega el buen tiempo y para esas tardes de calor, os recomiendo una limonada bien fría que además realzará el sabor dulce de esta receta.

Preparación:

1. Encender el horno a 170º.

2. Colar la leche con las flores de lavanda y reservar. Tendremos que colar por un lado la leche de las magdalenas y por otro la leche de la cobertura, y mantenerlas en vasos separados.

3. Poner la harina, el azúcar, la levadura y la mantequilla a temperatura ambiente en un bol. Batir a velocidad baja hasta que se haya formado una especie de arena gorda.

4. Añadir poco a poco la leche de lavanda hasta que se haya formado una crema suave. Bajar don ayuda de una espátula la crema que se haya quedado pegada en las paredes del bol.

5. Añadir el huevo y batir bien.

6. Distribuir en 12 cápsulas de papel para magdalenas y hornear durante unos 15-20 minutos hasta que estén un poco doradas. Si las pinchamos con una aguja debe salir limpia. Si sale con restos, hay que dejar las magdalenas en el horno un poco más. Sacar del horno una vez estén listas y dejar enfriar.

7. Mientras que las magdalenas se enfrían, hacemos la cobertura. Para ello batir a baja-media velocidad con ayuda de una batidora con varillas, el azúcar glas, la mantequilla y el colorante. Es mejor añadir el colorante poco a poco para conseguir el color deseado, ya que si ponemos desde el principio demasiado, el color quedaría demasiado subido. Batir bien hasta que la mezcla esté uniforme.

8. Bajar la velocidad e la batidora y añadir poco a poco la leche de lavanda. Una vez la hayamos incorporado, subir la velocidad de la batidora y mezclar durante al menos 5 minutos. Cuanto más se bata la cobertura o frosting, más suave y cremoso quedará.

9. Cuando las magdalenas estén totalmente frías, cubrir con ayuda de una cuchara o una espátula cada cupcake con una capa generosa de frosting. Si queréis podéis decorar los cupcakes con una ramita de lavanda, aunque no es para comer, solo para adornar.

Espero que os gusten tanto como a mí. Y ¡disfrutad!. Ciao!

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