«Las oportunidades son como los amaneceres: si uno espera demasiado, se los pierde»

Si hay una ciudad donde sean expertos en recuperar zonas deprimidas, esa es Nueva York. En esta ciudad tan alucinante son capaces de transformar una fábrica de galletas en un fabuloso mercado gastronómico como el Chelsea Market y unas vías de tren antiguas en un grandioso paseo sobrellevado con el río Hudson al fondo.

Os estoy hablando de la High Line, un paseo en forma de parque construido sobre una histórica línea de tren de paso elevado sobre algunas calles del este de Manhattan. Recorre la calle Gansevoort en el distrito Meatpacking hasta la calle 34 Oeste, entre las avenidas 10 y 11, pegando al río Hudson.

En los años 30, se llevó a cabo un proyecto público-privado en Nueva York en el que las líneas de tren más peligrosas se elevaban para liberar espacio en los distritos industriales de la ciudad. Sin embargo, en los años 80 los trenes dejaron de circular por sus vías. A principios de 2.000 una plataforma de vecinos decidió convertirla en una zona de ocio a través de una ambiciosa intervención: convertir las antiguas y vetustas vías de tren sobreelevadas en un parque lineal, verde y agradable, que se ha convertido en ejemplo de renovación de áreas degradadas. En 2009 se inauguró la primera parte del parque y en 2011 la segunda. Queda una tercera que Nueva York verá pronto.

Abre por la mañana temprana y está abierto hasta las 11 de la noche lo que hace que casi a cualquier hora podemos dar este paseo. Es gratuito, accesible y en su recorrido sobreelevado podréis encontrar kioscos donde venden bebidas, snacks y dulces. En su web, podrás encontrar toda la info

Como se trata de un espacio creado para ser disfrutado por familias, niños y mayores, en el paseo no se puede fumar ni consumir alcohol, no se puede patinar y como en cualquier otro parque hay que respetar las plantas y el mobiliario. Muy de Nueva York.

Quizás sea esto último unas de las cosas que más me gustó del paseo. Su recorrido está lleno de hamacas de madera, de mesas y bancos de distintas formas algunos a modo de sofá donde poder sentarse a tomarse un respiro en el día, disfrutar de un café o simplemente sentarse a disfrutar de las vistas y del ambiente que se respira en estas antiguas vías.

No queda ni rastro del antiguo tren, salvo algunos tramos de vías que rememoran su época industrial. La plataforma ha sido inundada por plantas de mil formas y colores. Todo se ha transformado en un magnífico parque en el que por supuesto cabe el arte callejero y el mobiliario eco friendly y donde uno puede contagiarse el estilo de vida de los neoyorquinos. Un lugar para apuntar en la agenda que no se os puede pasar por alto en vuestra próxima visita a Nueva York.

Yo lo recorrí camino de la cancha de los NY Nicks, en el Madison Square Gardens. Pero después de esta caminata me entró hambre y me tomé unos deliciosos scnacks de pollo con kikos. Están deliciosos y fáciles de hacer. Pruba, ya verás.

Imagen creada de la web www.thehighline.org

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