Esta es mi receta de patatas Hasselback con mantequilla de ajos que publiqué en Noviembre de 2012 y que es de las más visitadas del blog. Hacía mucho que quería preparaos el vídeo así que por fin aquí lo tenéis. He actualizado además algunas de las fotografías, y así podréis ver conmigo lo que la fotografía de Loleta ha evolucionado. Estoy muy orgullosa de ella porque todo ha sido a base de esfuerzo

No sé si a vosotros os pasa igual, pero yo nunca me canso de las patatas, nunca. Siempre estoy inventando recetas nuevas, investigando maneras distintas de cocinarlas, probando texturas… porque nunca me harto ellas, ni de los distintos sabores que este alimento tan básico puede alcanzar. Hoy las probaréis de forma sabrosa, distinta y muy sencilla.

El origen de las patatas Hasselback con mantequilla de ajos es sueco y dicen que es que la receta fue creada a mediados del siglo pasado, en la primera escuela de cocina-restaurante del país situada en Djurgarden, una de las islas de Estocolmo..

Y es que en un país donde se consumen muchas patatas, os alumnos decidieron crear diferentes recetas para darle su sitio a esta guarnición tan usada en todas partes. Así llegaron a las patatas Hasselback

Lo que caracteriza siempre a estas patatas Hasselback es el modo de cortar las patatas antes de hornearlas. Hay versiones peladas, pero la experiencia me ha enseñado que la piel las protege, se vuelve crujiente y les da un color precioso, así que yo ya no las pelo nunca

Otra de las cosas importantes es el uso de mantequilla. Sabéis que AMO el aceite de oliva virgen extra, pero aquí la mantequilla es un plus de sabor y cremosidad. Esa grasa unida a la temperatura a la hora de hornearlas que siempre es muy alta, hace que las patatas queden crujientes pero muy finas

Estas patatas Hasselback con mantequilla de ajos son perfectas como acompañamiento, aperitivo, o como plato principal, deliciosas, baratas y gustan a niños y mayores. Para chuparse los dedos. Quedan crujientes y tostadas y puedes hacerlas como más te gusten: tu hierba favorita para aromatizar, con queso, bacon, jamón… ¡La imaginación al poder!

Ingredientes

  • 8 patatas grandes
  • 1 cabeza de ajos
  • 150 g de mantequilla
  • 1 cucharada de sal gorda y otra de sal fina
  • un poco de pimienta negra recién molida
  • unas ramas de romero

 

Preparación

1. Encender el horno normal a 220º.

2. Lavar bien las patatas para quitarles la tierra que puedan tener pero no pelarlas si no queréis, aunque yo lo hice.

3. Coger una patata. Asentarla bien sobre una tabla de cortar. Si fuera necesario, hacer un corte para que se asiente y se apoye bien sobre la tabla.

4. Empezando por un extremo de la patata, comenzar a cortar láminas pero sin llegar a cortarla del todo, de modo que el fondo no quedará seccionado. Laminar en capas de 3 o 4 mm o lo más finas que sea posible. Repetir con todas las patatas.

5. En un bol machacar los ajos hasta formar una pasta y mezclar con la mantequilla muy blanda y el aceite de oliva. Formar una pasta uniforme.

6. Con ayuda de un cuchillo o un pincel, ir untando todas las patatas con un poco de la mantequilla de ajos por la parte de los cortes, que se impregne bien.

7. Poner las patatas en una bandeja de horno, con el corte hacia arriba

8. Salpimentar de sal gorda y de pimienta fresca recién molida.

7. Hornear durante unos 40 minutos hasta que las patatas estén doradas, churruscaditas y crujientes. ¡A disfrutar!… No llegarán a la mesa

Trucos y consejos

  • Puedes rellenarlas con bacon y queso y aunque es una versión menos ligera están deliciosas
  • Acromatízalas con curry en polvo para un extra de rock and roll
  • Nivel de dificultad: Fácil
  • Tiempo de preparación: 50 min.
  • Raciones: 8

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